Este es el último artículo que escribí para el portal de Pequerivas. Espero que os guste.
¿Qué es la disciplina positiva?
La Disciplina Positiva ofrece herramientas para ayudar a los padres a entender cual es la necesidad que hay detrás del comportamiento de su hijo, además enseña a través de dinámicas vivenciales a alentar, a emponderar y sacar lo mejor de los niños.
Son herramientas muy efectivas, pero requieren constancia y un proceso de cambio en la forma de entender las relaciones con los hijos. El primer paso para resolver un conflicto es la conexión con tu hijo, la relación con él es lo más importante. Por eso una de las herramientas que más utilizo es la “Conexión antes que la corrección”, además de validar las emociones (escucha empática) y, por supuesto, enfocarnos en soluciones involucrando a los hijos.
Pero empecemos por el principio.
¿Qué es la disciplina positiva?
Es una metodología no punitiva que favorece el desarrollo de los niños a través del aliento y la motivación, ayudándoles a adquirir habilidades de vida y sociales para el futuro. Está basada en las teorías de la psicología humanista de Alder y Dreikus, años después Jane Nelen y Linn Lott, (americanas) recogieron y recopilaron la información, dándole una estructura para que pudiese llegar a los padres y maestros.
La psicología humanista defiende la idea de que el único objetivo (inconsciente) de las conductas de las personas su es suplir dos necesidades básicas que todos tenemos desde que nacemos.
- La pertenencia: sentir que pertenecemos al grupo, a la comunidad, a la familia. Somos seres sociales.
- La significancia: sentir que somos útiles a la sociedad, el sentirse reconocido, sentirse que se es justo con él, que es importante para los demás, que es valorado.
Y que para lograr cubrir estas necesidades, de manera consciente o inconscientemente, tomamos decisiones a la hora de actuar. Cuando estas actuaciones no son correctas, ellos lo denominaban Creencias Erróneas. El niño/adulto cree erróneamente que a través del poder, la atención, la venganza o la insuficiencia asumida logra cubrir esas necesidades básicas.
¿Y esto como se traduce en el día a dia?
Por ejemplo, una niña, Pepita, que está viendo como su madre está pendiente de los pintores que están en casa, luego ve como no para de hablar maravillas de su trabajo, mientras intenta captar la atención de su madre para que juegue con ella. Pero la madre está demasiado ocupada organizando todo después de pintar la casa.
¿Qué es lo que está viendo este niña? Ella genera una creencia errónea, la de que para ser importante para su madre hay que pintar las paredes. Evidentemente, la conducta no es aplaudida por su madre, pero Pepita solo quería cubrir esa necesidad de significancia en ese momento, de manera errónea.
Esto quiere decir que detrás de cada conducta hay una necesidad no satisfecha, lo que es importante tener en cuenta, ya que cuando vemos una rabieta, ésta es la punta del iceberd, debajo hay una creencia errónea para lograr cubrir esa necesidad básica. Si cubrimos esa necesidad, el comportamiento se extingue.
Jane Nelsen y Linn Lott crearon la Asociación Americana de Disciplina Positiva, que se encarga de difundir a través de formación y libros esta forma de educar basada en la firmeza y la amabilidad. Hay otras corrientes que la llaman educación democrática, pero la filosofía es la misma.
¿En qué consiste?
Primero hay que entenderla como una forma de educar a largo plazo. El objetivo es que el niño adquiera habilidades de vida para ser empático, honrado, organizado, trabajador, feliz , resilente…. Si educamos a corto plazo, de forma reactiva, se logra atajar el problema momentáneamente (la rabieta, la desobediencia…), pero no se logran estas habilidades tan fundamentales para la vida adulta.
¿Qué logramos si educamos a corto plazo?
Podemos chantajear, gritar, castigar, sobornar, ignorarle cuando llora…. Y sí, estas herramientas funcionan, pero… ¿el niño qué aprende? ¿Aprende a respetar?, ¿aprende a ser empático….? NO, lo que aprende es a manipular, chatajear, gritar, aprende a no escuchar las sentimientos de otros… de estas vivencias luego surgen las luchas de poder, las venganzas, las llamadas de atención.
Mi experiencia personal
Hace muchos años que empecé mi cambio a la hora de relacionarme con mis hijos, es verdad, que no todo el mundo lo ve igual, pero a mí no me importa. Estoy convencida de ello, de hecho muchos de los frutos ya se ven, y aquellos que renegaban tanto empiezan a cuestionarse algunas cosas, e imitan otras de las que hago. No intento convencer, ni juzgar lo que hacen otros. Creo que todos los padres/madres hacen lo mejor para sus hijos desde su amor incondicional. En mi caso simplemente buscaba una forma de relacionarme con mis hijos en la que aprendiéramos a comunicarnos, a solucionar los conflictos sin vencedores ni vencidos, siendo firme en los límites pero amable y respetuosa con las necesidades de mis hijos. A mí me funciona, por eso comparto mi experiencia como madre de tres peques. Pero como Maestra también lo uso en el aula y es igual de efectiva.
Si queremos que nuestros hijos cambien, los primeros que tenemos que cambiar somos nosotros. Que es difícil, sí, lo es. Ser padres es la profesión más difícil del mundo para la que no nos hemos formado. Para ser ingenieros, arquitectos, maestros… para todo ello, se necesitan años de estudios, pero para formar a una personita, educarla, no nos formamos, ponemos el automático… y reproducimos lo que hicieron con nosotros.
Seguro que hay cosas muy buenas pero otras no tanto. Leer no está de más y acudir a escuelas de padres tampoco. Esto es una opinión personal, basada en mi experiencia. He leído todo lo que caía en mis manos, pero hasta que no fui a los cursos, no integré todo y asimilé los cambios. Es un proceso, no es algo que cambie de un día para otro. Todos llevamos nuestras maleta de creencias, experiencias y sentimientos que hay que aprender a reconocer, aceptar y modificar los que no nos ayuden a evolucionar.
Lo primero que aprendí es a verme como una madre imperfecta, que comete errores constantemente, pero como decía Draikus, “los errores son maravillosas oportunidades para aprender”.
Si lo que haces hasta ahora para educar a tu hijo no te sirve, te invito a que pruebes algo nuevo, las herramientas de Disciplina Positiva. Estoy segura que te van ayudar mucho. Puedes encontrar más información sobre el tema en el libro de Jane Nelsen "Cómo educar con firmeza y cariño"
Sobre el autor
Soy Eva María Díaz Sánchez, madre de tres, maestra de educación especial, coach de familia y psicopedagoga. Desde que me gradué hace muchos años, siempre he trabajado con niños y sus familias. A través de la Asociación Americana de Disciplina Positiva, me he certificado como facilitadora de disciplina positiva para padres y de aula. Y sigo estudiando, creciendo como profesional y como madre. Puedes encontrame en mi blog "Aprender jugando en familia"
Yo también empecé a saber sobre disciplina positiva, aquí estamos poniéndolo en práctica poco a poquito.
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