Todos tenemos
nuestro carácter, nos enfadamos, protestamos, manejamos nuestras frustraciones
como podemos… Pero los niños no saben hacer todo esto, tienen que ir
aprendiendo. Una fuente principal de aprendizaje es la vida, la propia
experiencia con el entorno. Pero a veces ese aprendizaje y manejo de las
emociones no son las más convenientes
para ellos mismos.
Desde el punto de vista de la educación positiva las claves para enseñar a manejar esos sentimientos y frustraciones sería:
1. Descripción de lo que sucede: de esta manera le damos todos los datos reales de lo que está ocurriendo y así captar su atención. Ejemplo: estás haciendo una torre con las piezas del lego y se te están cayendo constantemente cuando llegas a cierta altura. Has empezado a enfadarte y gritando has tirado todas las piezas por la habitación.
2. Validar sus sentimientos: esto quiere decir que hay que reflejar en palabras lo que está sintiendo. Por ejemplo: estas enfadado y furioso porque no consigues hacer la torre, ¿verdad?, es muy frustrante querer hacer algo y que no salga. Validar, es poner con palabras lo que está sintiendo, permitirle que lo sienta y hacerle ver que es natural . Hacer esto, no significa que deje de llorar o protestar, le estamos dando un espacio y momento para que pueda expresar eso que siente sientiéndose escuchado y comprendido, controlando que no se haga daño así mismo ni a otros.
3. Preguntarle para que analice y busque posibles soluciones : así le ayudamos a centrarse en la búsqueda de posibilidades y opciones, y no tanto en el error. Por ejemplo ¿ qué necesitas para sentirse mejor? El nos dirá lo que necesita por ejemplo: - que me salga bien la torre. – ¿Eso te haría sentirte bien? – si. ¿ Qué crees que es lo que está haciendo que se caiga? - No sé. ¿hay algún objeto que te pueda ayudar a hacer la torre? –si , ¿cuál? La pared , si lo pongo ahí es más fácil. ¿quieres probar?...
4. Motivar y reforzar su autoestima. Es importante que sientan que creemos que son capaces y se lo trasmitamos. Necesitan saber que confiamos en su capacidad. Por ejemplo: Yo se que puedes hacer la torre, las construcciones se te dan muy bien. ¿Quieres intentarlo de nuevo?
5. Recordar valores importantes relacionados con la situación:
-
En
los fracasos o errores hay aprendizaje.
-
Hablando
se entiende la gente.
-
Escucha,
piensa y habla.
-
Es
importante el respeto a los otros para que nos respeten…
Siguiendo con el anterior ejemplo: recuerda que aunque no
te haya salido las primeras veces, has aprendido algo importante, que cuando la
torre es muy alta necesita un apoyo para no caerse. ¿Te das cuenta?, aunque no
nos salga las cosas siempre aprendemos algo, también son importantes los
errores.
Otro ejemplo pasando por las cinco pasos:
Pedro va con su madre por el supermercado haciendo la
compra, ve una caja de cereales con
sus dibujos favoritos de la televisión y se los pide a su madre que se los
compre.
-Mamá, quiero estos cereales.
-Cariño , tenemos una caja entera en casa. Los
compramos ayer.
-YO los quiero!!! Pues los cojo yo!!! ( gritando y enfadado).
- 1. Estas
cogiendo los cereales aunque te he explicado por qué no los vamos a comprar.
2. Sé que es un
fastidio y te enfada mucho no poder coger estos de tus personajes favoritos. Da
mucha rabia ver algo que te gusta mucho cuando
un día antes has comprado algo muy
parecido.
3. ¿ Qué crees que podemos hacer?- comprarlos. ¿Entonces
qué hacemos con los que ya tenemos?-comerlos también. ¿ cómo los vamos a
guardar en casa en el estante del desayuno si están los otros? ¿Crees que
caben? – no , no caben. ¿ Se te ocurre otra solución? No, no quiero que se
acaben. ¿ Crees que si lo compramos otro día no va a haber? Si. ¿Te sentirías mejor
si lo preguntamos en la caja si van a traer mas otro día? –si. -Cómo sabemos que
van a estar ahí durante toda la semana, ¿te parece que comamos primero los que
tenemos en casa y venimos otro día a comprar los que te gustan?.
4. Me alegra mucho ver que has buscado una solución al
dilema que teníamos. Estaba convencida de que llegaríamos a una solución buena
para todos. ( nos enfocamos en la búsqueda de soluciones , en lo positivo).
5. Hay que aprender a comprar con responsabilidad.
A continuación os pongo un cuento que encontré muy
bonito, muy interesante para contarlo y hablar de las consecuencias de nuestras
palabras cuando estamos enfadados. Os dejo el enlace del blog de donde se saco
si queréis ver el post original.
Cuento del niño y
los clavos
Había un niño que tenía muy, pero que muy mal
carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez
que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de la casa.
El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así con los días posteriores. Él niño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y le dijo a su padre que no tenía que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal temperamento.
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter, que sacase un clavo de la cerca.
Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le dijo:
- Mira, hijo, has trabajado duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.
Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.
Los padres, la familia, los profesores y los amigos, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter.
El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así con los días posteriores. Él niño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y le dijo a su padre que no tenía que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal temperamento.
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter, que sacase un clavo de la cerca.
Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le dijo:
- Mira, hijo, has trabajado duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.
Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.
Los padres, la familia, los profesores y los amigos, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter.
Este es el enlace directo al post de donde he
sacado el texto.
http://coachingparamejorartuvida.blogspot.com.es/2015/01/cuento-el-nino-y-los.html?spref=fb
Otra perlita mas para educar en las emociones y disciplina positiva , espero que os guste y os ayude.
Un saludo
Gracias por las ideas!
ResponderEliminarDesde luego es una forma más respetuosa de tratar los conflictos y saber gestionarlos. No se trata de frustrar a los niños y niñas, ni evitarles el enfado, ni de que no lo tengan (debemos comprender que es parte de su desarrollo); si no de ayudarles a comprender las situaciones y sacar algo positivo de cada una.
Espero que muchas familias, educadores…lean el artículo . Gracias por la difusión